Estrategias para solucionar conflictos

Solucionar conflictos no es una tarea fácil para ninguno de los involucrados, pero hay estrategias que se pueden aplicar para llegar a un buen término.

Un conflicto es el choque entre las diferentes posturas de dos o más partes y está siempre presente a lo largo de nuestras vidas.

Cada persona tiene sus propias ideas, gustos, intereses y opiniones particulares.

Por ello, en las relaciones familiares, de amistades o de trabajo se pueden producir desacuerdos que lleven al conflicto.

Ante esta situación no hay que evitarlos o dejarlos a un lado, sino emplear las mejores estrategias para solucionar conflictos.

Claves y estrategias para solucionar conflictos

Solucionar los conflictos es difícil pero no imposible. Lo importante es que se pueda resolver la situación antes de que se convierta en un problema complejo.

Aquí te dejamos algunas estrategias para solucionar conflictos que puedes poner en marcha:

Identifica el problema

Es indispensable identificar adecuadamente el problema para poder abordarlo de la mejor manera.

Ten en cuenta las diferentes posturas de los involucrados y procura que reine la comunicación para poder establecer bien el centro del conflicto.

Mantén la calma

El conflicto puede llevar a una escalada de la ira que comenzará a perturbar a los involucrados.

La mayoría de las personas dejan de escuchar a medida que aumenta la molestia y en vez de entender aumenta la discusión discutir.

Por ello, es indispensable mantener la calma para gestionar adecuadamente el conflicto y tener una perspectiva global y objetiva de la situación.

Escuchar para entender

Cuando el conflicto es inevitable en vez de evitarlo lo mejor es buscar una solución y para lograrla es necesario escuchar atentamente lo que la otra persona está diciendo.

Escuchar a los demás es fundamental para intentar entender por qué o para qué lo dice.

Para ello, se debe evitar escuchar solo cuando se quiera formular un argumento contrario para rebatir el de la otra persona.

Procura tener una escucha activa que implique expresar con signos físicos y verbales que se entiende lo que el otro está diciendo.

Destaca lo positivo

Aunque haya diferencias de opinión intenta encontrar algunos puntos en común o crearlos.

Demostrar que se tiene empatía, tolerancia y una actitud positiva tranquilizará a las demás personas de inmediato.

Presenta los argumentos con tacto

Lo ideal es ayudar a las otras personas a entender nuestro punto de vista sobre una situación sin ofender ni estar a la defensiva.

Para lograrlo es muy útil emplear una comunicación asertiva, con el objetivo de conseguir que la otra persona esté más dispuesta a escuchar nuestro planteamiento.

Atacar el problema y no a las personas

Es fundamental intentar despersonalizar por completo nuestros comentarios y centrarnos solo en la situación que crea el conflicto.

Evita acusar a los demás con un “siempre dañas las cosas”, es mejor decir “intentemos analizar por qué continúa sucediendo”.

Olvida el juego de la culpa

Cuando se busca resolver un problema, la acción de culpar únicamente sirve si entendemos nuestra culpa en algún área.

Por ello, buscar culpables no aporta nada si el propósito es resolver un conflicto.

Cuando las personas se sientes inculpadas generalmente se retiran de la conversación.

Para evitarlo, enfócate en la resolución del conflicto en lugar de señalar a los demás.

Enfócate en el futuro

Deja el pasado atrás, en el presente y en el futuro es donde podrás encontrar la solución del conflicto.

Olvídate de lo que salió mal o en quién debería haber realizado una acción determinada y centra tus esfuerzos en buscar las opciones para resolver el problema.

Haz las preguntas correctas

Si quieres que te den información real en vez de solamente discutir, debes comenzar dando un poco de información en primer lugar.

No preguntes “¿por qué?”, solo mostrarías que estás a la defensiva y con intención de hacer interrogatorio.

Sé creativo

Recuerda que cualquier cosa en la vida es negociable y que todas las ideas puede ser buenas en el momento de resolver un conflicto.

Mantén una actitud proactiva y de colaboración para que te ayude a encontrar una solución rápida y satisfactoria para todos los involucrados.

Celebra la resolución

Resolver un conflicto puede ser un proceso largo y difícil, que necesitará que los implicados estén en una posición incómoda.

Durante ese tiempo, se buscará recuperar la confianza, mientras se trata de encontrar la mejor solución, no la más rápida.

Cuando se haya logrado el objetivo es bueno que las partes involucradas se feliciten y celebren de alguna manera el éxito en el fin del conflicto.

Un proceso que necesita apoyo

Los procesos para resolver los conflictos están llenos de discusiones y problemas de comunicación.

Además, aunque se conozcan las estrategias para encontrar el camino a la resolución no siempre es fácil mantenerse en él.

Si se ha intentado todo pero las diferencias permanecen, lo ideal es buscar ayuda profesional.

Un terapeuta podrá darle a todas las partes un punto de vista objetivo y fomentar una adecuada comunicación.

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