El Síndrome de la Mujer Maltratada
El Síndrome de la Mujer Maltratada
Actualmente estamos viviendo una revolución respecto a los género, en donde la violencia contra la mujer está siendo erradicada de muchos ámbitos. “El síndrome de la mujer maltratada” es una consecuencia silencia de la violencia contra la mujer.
¿Qué es el “Síndrome de la Mujer Maltratada”?
El “Síndrome de la Mujer Maltratada” es conocido como el patrón de signos y síntomas que sufre una mujer después de haber sido objeto de abusos físicos, sexuales y/o psicológicos.
El agresor generalmente ejerce poder y control sobre ella y es capaz de coaccionarla para que haga lo que él decida, con desprecio a sus derechos y sus sentimientos.
¿Cómo identificarla?
Existen siete grupos de criterios testados científicamente que permiten identificar el síndrome:
Recuerdos intrusivos del suceso o sucesos traumáticos
La memoria de la persona es capaz de evocar recuerdos que involucran lugares, sonidos, olores, estados de ánimo y contextos en los cuales se encontraba cuando fue agredida.
Euforia excesiva y altos niveles de ansiedad
Es complicado mantenerse quieta, necesita estas llevando a cabo muchas actividades o recurre a distractores temporales para que el suceso no aparezca de nuevo.
Comportamiento de evitación y entumecimiento emocional
Tiene periodos en los cuales no le apetece hacer nada, su actitud es de indiferencia y puede estar irritable o de la nada tener esta sensación de tristeza de la nada (misma que puede terminar en llanto).
Relaciones interpersonales irregulares e interrumpidas derivadas del impacto de la agresión
Pueden tener complicaciones para socializar, hacer nuevas amistades o bien con las que conservan, esto a causa de la inseguridad que sienten debido a que pueden tener actitudes de rechazo, indiferencia y alejamiento debido a que les causa conflicto volver a crear vínculos.
Imagen corporal distorsionada y/o dolor físico o somático
Pueden experimentar dolores en el cuerpo, ya que evocan en donde las sostuvieron o simplemente el cuerpo al sentir rechazo ante el recuerdo, hace que experimenten dolores estomacales, en la cabeza, espalda, etc…
Además se experimenta una frecuente dificultad para conciliar el sueño
Problemas en las relaciones sexuales o para interactuar de manera afectiva con la pareja
Desde la muestra más leve de cariño como lo es un abrazo, sostenerse las manos, hasta culminar el acto sexual.
Otros criterios
Adicional, existen criterios adicionales que pueden experimentar las víctimas y que la mayoría de las veces, corroboran la presencia de un nivel elevado de estrés postraumático:
- Temor excesivo detonado por pensamientos recurrentes de volver a encontrarse al agresor o estar expuesta en su lugar de residencia en cualquier momento a sufrir daño físico o perder la vida.
- Los criterios expuestos anteriormente afectan gravemente sus esferas de vida, tales como el trabajo, su familia y sus relaciones sociales y de pareja.
- El impacto de los criterios anteriormente descritos, duró más de cuatro semanas.
Estadística del maltrato hacia la mujer en México
En una encuesta llevada a cabo en una institución de salud de la Ciudad de México, se preguntó a las mujeres si alguna vez en su vida o en el año previo habían sido víctimas de violencia intrafamiliar. La mayoría respondió negativamente respecto a ambas situaciones.
Sin embargo, esta respuesta no concuerda con las estadísticas reportadas por los pocos estudios efectuados en población abierta en nuestro país, pues ellos indican que de 40 a 50% de las mujeres mexicanas están expuestas a violencia en el hogar de forma cotidiana.
El instrumento breve de sondeo empleado incluía preguntas Likert (sí/no) y apartados más específicos en donde las entrevistadas debían especificar el tipo de maltrato (físico, psicológico o sexual), la frecuencia del mismo y la identidad del agresor.
Al principio, seguía oculto…
Gran parte de las mujeres que al comenzar a responder el cuestionario no se definían como víctimas de violencia intrafamiliar, referían luego que habían sido golpeadas, abofeteadas y pateadas, y que en ocasiones se las había intentado estrangular.
La frecuencia del maltrato era de 8 a 15 veces por año y la pareja masculina (esposo o ex esposo) era el agresor en 90% de los casos.
Es importante comentar lo siguiente, según la Organización Mundial de las Naciones Unidas a nivel global, se ha reportado un aumento significativo de la violencia doméstica a causa de la pandemia, ya que las mujeres están atrapadas con sus abusadores y están aisladas de las personas y los recursos que mejor pueden ayudarlas.
Antes de la pandemia, la violencia doméstica ya era una situación que experimentaba 1 de cada 3 mujeres en todo el mundo.
Tratamiento psicológico para las víctimas
Hayas sido víctima o no de haber vivido algún tipo de violencia o haber experimentado el “Síndrome de la Mujer Maltratada”, estas son algunas cosas que puedes trabajar con tu terapeuta para que tengas una sana evolución en tu tratamiento psicológico.
Recuerda que no tiene nada de malo también “proponer y acordar en terapia”, al final tú y tu terapeuta son un equipo, por lo que solicítalo:
- Trabajar sobre tu sistema de creencias, en especial acerca de tus ideas sobre los roles de género y el papel de la mujer en una relación y el matrimonio. Cuestionar los mitos acerca de la necesidad de conservar la relación.
- Clarificar el ciclo de la violencia en su relación.
- Analizar la historia de violencia en tu familia de origen, tu vivencia como hija (víctima directa o testigo).
- Trabajar el sentimiento de vergüenza que te genera ser maltratada.
- Analizar el miedo al agresor, así como la dependencia.
- Trabajar sobre el sentimiento de culpa: por no salir de la relación, por romper el pacto de lealtad hacia su pareja.
- Estimular que seas parte activa en resolver tu situación, que tú misma expreses lo que necesitas y cómo deseas ser ayudada.
- Estimular tu propia autonomía y desarrollo en especial frente a la figura masculina y frente a la sociedad.
- Favorecer el desarrollo y reforzamiento de tu autoestima. Apoyarte para que comiences a pensar y cuidar de tu propio bienestar, así como en el de tus hijos e hijas.
- Favorecer la ampliación o formación de tu red de apoyo familiar y social.
- Favorecer que tengas proyectos y actividades propias.
- Ayudarte a imaginar escenarios diferentes de vida.
Distinguiendo una relación sana de una relación codependiente
Es importante destacar algunas de las características de una persona con codependencia, ya que generalmente el ciclo de la violencia no es percibido por la mujer y llega al punto en el que es normalizado y es cuando en consecuencia puede experimentar la sintomatología del “Síndrome de la Mujer Maltratada”.
La persona con codependencia se caracteriza por perder conexión con lo que necesita, siente y desea.
Su actitud suele mantenerse siempre dulce, amable y bondadosa aunque no lo sienta al 100%, ya que busca aceptación y reconocimiento.
Tiende a pensar que su valor como persona, depende de lo que piensen los demás y por lo general lo que comenten sobre ella, tiene un gran impacto en su vida.
Además, da más importancia a quiénes le rodean que a sí mismo. Elabora su identidad y construye su personalidad en un “yo falso”, mismo que no está consciente de quién es, al grado de asumir la responsabilidad por las acciones de los demás.
Suele avergonzarse por lo que hacen otras personas y toma las cosas de manera personal.
Y por último, concentra toda su energía en mantener una imagen o un estatus particular para impresionar a los demás, esto debido a que su autoestima es muy baja, ya que está condicionada al valor que le otorguen.
Es importante mencionar también cuales son los tipos de codependencia para que los sepas identificar y puedas buscar algún psicólogo que te pueda ayudar, si es que ya te encuentras viviendo una relación con esas características, en Terapi con gusto te podemos recomendar varios psicólogos con los enfoques personalizados para ti.
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