Guía sobre la Ansiedad Social
Guía sobre La ansiedad social
¿Tienes a sobrepensar mucho previo a una situación social? ¿Sueles sentir mucho miedo de ser juzgado por los demás? ¿Es común que sientas inseguridad en las situaciones sociales diarias? ¿Evitas conocer nuevas personas por sentir temor o ansiedad? Si estas preguntas te han resonado puede que estás sufriendo de la ansiedad social.
¿Qué es la ansiedad social?
Si las anteriores preguntas te resonaron mucho y te has dado cuenta que son muy comunes durante al menos los últimos, cuyos pensamientos y emociones hacen que te sea difícil realizar las tareas sociales cotidianas, como hablar con otros en el trabajo o durante una clase, es muy probable que estás sufriendo de la ansiedad social.
La ansiedad social es una respuesta de miedo o ansiedad intensa ante situaciones sociales en que la persona está expuesto al posible juzgado de otras personas, de sentirse observado o actuar delante de otras personas (DSM-V).
Se estima que la ansiedad social afecta entre el 7 al 10% de la población mundial (APA), afectando a más a mujeres que hombres (2:1). Afecta tanto a adultos como a niños, niñas y adolescentes y no necesariamente está asociada a la timidez, a la agorafobia, a las crisis de pánico o a la ansiedad generalizada.
Importante señalar que a diferencia de la timidez, la ansiedad social provoca una incapacidad social y una activación de diversos síntomas ansiosos. Conoce la diferencia en el siguiente artículo.
Los 3 miedos más frecuentes de en la ansiedad social.
Se definen tres tipos de miedos asociados a la ansiedad social (DSM-V):
El miedo a sentirse juzgado(a) por los demás.
La persona tiene el sesgo de realidad (creencia) de que el Otro lo juzgará por cómo es, especialmente tener una validación negativa de parte de esa otra persona.
Por ejemplo, es común que puedas sentir temor por que puedas ser evaluado como ansioso(a), débil, loco(a), estúpido(a), aburrido(a), intimidante, sucio(a), desagradable, entre otros.
Es decir que atención se centra en lo que el otro pudiera pensar sobre ti mismo(a), pero que al no poder controlar eso, tienes una respuesta ansiosa frente a las situaciones sociales en las que te puede ocurrir. Por ejemplo, hablar con personas nuevas, mantener una conversación cotidiana o hablarle a un desconocido.
El miedo a sentirse observado(a).
La persona tiene el sesgo de realidad (creencia) de que los demás la están observando, que tienen su atención puesta en ella. Esto hace que la persona sienta que tiene que “actuar” en esas situaciones sociales.
Por ejemplo, entre las situaciones más comunes es la de comer o beber en público, ir de compras o asistir a lugares de asistencia masiva, como un centro comercial o un concierto
Este miedo activa el primer miedo, por lo cual la persona además de sentirse observada se siente juzgada.
El miedo a sentirse expuesto(a).
La persona tiene la sensación y sesgo de realidad (creencia) de que ante una situación social puede sentirse muy vulnerable, por lo que tiende a actuar un rol para sentir seguridad. No obstante, si el rol no está bien integrado, la “actuación” provoca más preocupaciones y miedos, que retroalimentan los dos miedos anteriormente descritos.
Por ejemplo, este miedo es común que aparezcan cuando te relacionas con clientes en tu trabajo, cuando tienes que realizar una presentación o tienes que rendir un examen oral.
Los síntomas de la ansiedad social
Para saber que estás sufriendo de la ansiedad social, los siguientes síntomas tienen que manifestarse de forma diaria durante, al menos, los últimos 6 meses.
Los síntomas son los siguientes (Jongman, 2015):
- Las preocupaciones y miedos sociales se presentan en la gran mayoría de las situaciones sociales cotidianas.
- Existe una gran preocupación e hipersensibilidad a la crítica o desaprobación de los demás.
- Las personas tienden a no tener amigos cercanos fuera de los familiares de primer grado.
- La persona evita las situaciones sociales que requieran cierto grado de contacto interpersonal.
- Ante situaciones sociales, la persona tiende a involucrarse o participar de “mala gana” por miedo a decir o hacer algo tonto o de emocionarse frente a los demás.
- La persona siente un temor excesivo ante las actividades sociales que no puede evitar .
- En el preámbulo de las situaciones sociales, aparecen síntomas corporales que no explican por una causa médica, como el aumento del ritmo cardíaco, sudoración, sequedad de boca, tensión muscular y temblores
Situaciones sociales más comunes que activan la ansiedad social
Entre las situaciones sociales más frecuente que se han estudiado y que activan la ansiedad social (Clark & Beck, 2012), son:
Situaciones interpersonales
En estas situaciones la persona interactúa con otros, por lo que se relaciona con el miedo a sentirse juzgado y expuesto. Entre estas se encuentran:
- Iniciar una cita o compromiso con alguien.
- Ser presentado a una persona desconocida.
- Acudir a una fiesta o encuentro social.
- Cenar con una amigo.
- Iniciar una conversación.
- Hablar por teléfono con un conocido o desconocido.
- Expresar la opinión personal a los demás.
- Tener una entrevista de trabajo o afín.
- Ser asertivo con los demás.
- Devolver un objetivo adquirido.
- Expresar insatisfacción por algo.
- Hablar con figuras de autoridad.
Situaciones de actuación pública
Son situaciones en que la persona está en contacto con otros, pero no necesariamente tiene que interactuar con ellos.
Entre estas se encuentran:
- Hacer un brindis o un discurso público.
- Hablar en reuniones.
- Hacer deportes frente a Otros.
- Participar en una fiesta de bodas o ceremonia pública.
- Cantar/actuar/presentar frente a un público.
- Comer o beber en contextos públicos.
- Escribir frente a los demás.
- Cometer un error en público (por ejemplo, pronunciar mal una palabra).
- Correr/andar en un lugar público concurrido.
- Presentarse a sí mismo frente a los demás.
- Hacer compras en tiendas concurridas.
- Pasar frente a un grupo numeroso de personas.
Tratamientos de apoyo
La ansiedad social tienden a tener una evolución positiva cuando la persona realiza un tratamiento psicológica, con una actitud de aceptación y compromiso. Principalmente las terapias cognitivo-conductuales tienden a ser de mucha ayuda para desarrollar estrategias y habilidades para manejar los síntomas de la ansiedad social y enfrentar las situaciones sociales que provocan la activación de la respuesta ansiosa.
Por ello que la técnica de exposición de la terapia cognitivo-conductual resulta ser la técnica más eficaz contra la ansiedad social, pues no solo permite a la persona vencer el miedo, sino que también ajustar sus creencias que le provocaban aquella situación social.
También la técnica de reestructuración cognitiva resulta de mucha ayuda al momento de cambiar las creencias que te hacen sentir con mayor miedo a ser juzgado, evaluado u observado por los demás.
Cuando la ansiedad social ha provocado un malestar significativo en tu vida cotidiana y ocupacional, será necesario que, además del acompañamiento psicológico que realices, puedas consultar con un médico psiquiatra para evaluar la necesidad de un apoyo farmacológico.
Primeros objetivos por los que puedes comenzar a trabajar la ansiedad social
Si te has sentido identificado(a) con la ansiedad social, puedes comenzar planteándote alguno de los siguientes objetivos para comenzar a manejar la respuesta ansiosa que te provocan las situaciones sociales. Te sugiero:
- Aprender a interactuar socialmente sin miedo o ansiedad indebida y de una forma auténtica de quién eres (no actúes).
- Lograr aprender a participar en situaciones sociales, sin temor o ansiedad que se relacionen a tu desempeño en las interacciones sociales. No te autoevalúes, ya que es lo que más provoca preocupaciones y miedos que activan más la ansiedad social; no hay una única manera de “hacerlo bien”, solo aprende a confiar en quién eres y no en quien deberías ser.
- Aprende y desarrolla nuevas habilidades sociales que vayan acorde a tu forma de ser y que te permitan sentir seguridad mientras interactúas con otros.
- Aprende a desarrollar la capacidad de entablar relaciones auténticas de apoyo y seguridad. Es decir, relaciones de “calidad”.
- Aprende a balancear el tiempo que te gusta pasar contigo mismo(a) y el tiempo que le dedicas para compartir e interactuar con otras personas.
Referencias
Clark, D., & Beck A.,(2012) Terapia cognitiva para los trastornos de ansiedad. Desclée de Brouwer.
Arthurh Jongman (2015) The Complete Adult Psuchotherapy Treatment Planner. Wiley.
DSM-V (2013). Manual Estadístico de Trastornos Mentales. 5ta version.