alimentacion en el trabajo
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Alimentación en el trabajo

Alimentación en el trabajo

Existen formas de alimentación en el trabajo como existen peces en el mar, por un lado nos encontramos con quien siempre se planifica con anticipación y lleva su comida ordenada (y bonita) todos los días, está quien vive en base a sandwich y bebidas, luego viene el que depende en un 100% de las galletas de la máquina expendedora, y no olvidemos ese compañero que siempre está mirando el plato de los demás.

Seas quien seas, tu alimentación en el trabajo está directamente relacionada a tu salud, productividad y energía. Revisa cómo puedes mejorar los tres ámbitos a continuación.

Dime qué comes y te diré quién eres

Escena 1: Te levantas apurad@, tomas un café rápidamente mientras corres a la oficina (o al escritorio si teletrabajas), tienes reunión tras reunión hasta que llega la hora de almuerzo y decides comer ahí mismo en tu escritorio… O incluso te saltas el almuerzo para tener más tiempo, y aguantas en base a café hasta el fin de tu jornada.

Escena 2: Termina tu día laboral y notas que tienes un hambre voraz -obviamente, no tienes idea cómo pudo haber pasado- Compras algún snack rápido o decides llenar el hoyo en tu estómago con alguna opción fácil y posiblemente no muy nutritiva.

¿Te sientes identificad@ con esta escena?

Bueno, si crees que vivir en base a snacks y café es una forma ingeniosa de pasar el día, y no te has planteado cómo influye en tu productividad (y tu salud)… Este artículo es para ti.

¿Cuánto tiempo trabajas?

No sé si habías hecho este cálculo antes pero… un adulto que trabaja en jornada completa pasa prácticamente el 60% de su tiempo del día en el trabajo.

Mi intención no es deprimirte con esta información, más bien ayudarte a tomar conciencia de que la mayoría de los alimentos que comes en el día son dentro de tu jornada laboral, y si lo piensas de esa forma, dejar la comida como última prioridad quizás no es la mejor idea.

Por qué debería interesarte tu alimentación

¿Sabías que 1 de cada 3 personas en el mundo sufre de al menos de un tipo de malnutrición?

Y es que “malnutrición” no solo se refiere a desnutrición, incluso si sientes que comes mucho todos los días, si tus comidas se basan en alimentos ultraprocesados , posiblemente podrías sufrir de malnutrición por exceso (y algún tipo de déficit de micronutrientes).

Ahora bien, si juntamos esto con lo primero que te conté, es decir, si la mayor parte de tu día se pasa en el trabajo y tu mayor fuente de energía es un paquete de papas fritas, déjame decirte que tu salud está en riesgo.

Pero eso es un artículo para otro día.

Centrémonos en el trabajo

Un déficit de energía afecta directamente tu performance en el trabajo.

Así como lo lees, una alimentación saludable aumenta tu productividad, disminuye tu susceptibilidad a enfermarte (lo que disminuye además las licencias médicas que tendrías que pedir) e incluso mejora tu ánimo de toda la jornada.

Y por el contrario, una mala alimentación en el trabajo puede hacerte sentir fatigad@, disminuir tu productividad, aumentar tu irritabilidad (lo que está directamente asociado con tu capacidad de sociabilizar y hacer buenas migas con tus compañeros de trabajo) y por último pero no menos importante… aumenta sustancialmente tus niveles de estrés.

Existen miles de elementos que pueden afectar tu día en el trabajo y que están fuera de tu control… pero la alimentación definitivamente no es uno de ellos.

Revisemos los beneficios de la nutrición

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en sus esfuerzos por demostrar a las personas la importancia de una buena nutrición, reportó que una alimentación adecuada aumenta la productividad hasta en un 20%, sin mencionar que además ayuda a mejorar la concentración, las funciones cognitivas y la creatividad.

Esto luego fue corroborado por otro estudio que realizó la revista Forbes, donde observaron que una buena alimentación en el trabajo no solo aumenta la productividad, si no que se asocia a un rendimiento hasta un 25% mejor… Un win-win para la empresa y para nosotros, los trabajadores.

Y si todavía no logro convencerte, te dejo solo algunos de los beneficios adicionales que te esperan cuando hagas este cambio de hábitos:

+ Plenitud y felicidad

+ Salud cardiovascular

+ Calidad y cantidad de sueño

+ Niveles de energía

+ Funciones cognitivas

+ Sistema inmune

+ Control del peso

= ¡Bienestar total!

Construyendo mejores hábitos de alimentación

Para un análisis completo sobre alimentos saludables, qué comer y qué no comer te recomiendo leer este artículo que ya escribí con mucho amor aquí.

En esta oportunidad lo que haré será compartirte algunos consejos prácticos para mejorar tu planificación semanal y así podrás aplicar los consejos del artículo anterior, y también los de este de aquí y este de aquí.

Esa es la belleza de la nutrición, todo lo que aprendas se va sumando y la clave está en aplicar cada vez más herramientas que te ayudarán a alcanzar una mayor salud.

Aquí te dejo entonces 5 consejos prácticos para que mejores tu alimentación en el trabajo:

  1. Planifícate bien

No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Si sabes que tendrás un día largo y ocupado, planifica y compra tus alimentos con anticipación.

La mayoría de las decisiones alimentarias que se toman impulsivamente (y con hambre) llevan a malas elecciones.

Para ayudarte en tu labor, te regalo un super planificador semanal para que puedas programarte de una forma sencilla y fácil (además está super lindo).

 

alimentacion en el trabajo

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  1. Escucha a tu cuerpo

No ignores las señales que te envía tu cuerpo. Si tu estómago comienza a gruñir, o si de repente empiezas a perder la concentración (o la energía) y tu cerebro te empieza a mandar imágenes de la M dorada del McDonalds… Te cuento que tu cuerpo tiene hambre.

No esperes a que la situación empeore y haz un break. Siéntate con tu snack o tu plato de comida (previamente planificado según establecimos en el punto 1), y regálate unos momentos para nutrir a tu cuerpo.

Recuerda: Este pequeño descanso está aumentando tu productividad en un 20%, no disminuyéndola.

  1. Toma decisiones inteligentes

Ok, ya lograste planificarte y te hiciste el tiempo para comer, pero llegó el día de llevar tu comida al trabajo y te encuentras con que no puedes comer el plato de spaguetti con salsa boloñesa que preparaste porque justo estabas en ruta y te tocaba almorzar en el camino.

Siempre considera que tu planificación debe cumplir con tus requerimientos.

Si sabes que los lunes la hora de almuerzo te pilla en el bus o el auto, planifica un sandwich y evita problemas -idealmente con pan multigrano, una buena proteína y varias verduras coloridas-.

  1. Come sin distracciones

Sé que es difícil pero… ¡Deja tu escritorio!

Cuando sea tu hora de descanso aprovecha y cambia de ambiente. Busca un lugar tranquilo y lejano a tu computador (o el mismo casino del trabajo si lo hay) y disfruta tu comida sin distracciones.

Con esto me refiero a evitar revisar las noticias, redes sociales o memes mientras engulles tu comida en 5 minutos… Aunque no lo creas, existe una razón fisiológica tras esta recomendación; la señal de saciedad demora 20 minutos en llegar desde tu estómago a tu cerebro (y se puede perder en el camino si no le pones atención a lo que comes).

Aplica un poco de Mindful Eating  y verás que terminarás más fresco que una lechuga, list@ para volver a tus tareas.

  1. ¿Tienes poco tiempo? Aplica el Batch Cooking

Si uno de tus mayores problemas es la falta de tiempo para cocinar, esta técnica te ayudará a siempre tener comida lista.

Solo debes programar un día a la semana para cocinar en grandes cantidades.

Utiliza tu lindo Planificador Terapi para organizar tus comidas principales y saber qué comprar, luego deja todas las verduras peladas y cortadas, cocina tu opción de proteína(s) y acompañamiento(s) y guárdalos en porciones usando varios tapers o bolsas ziploc.

Deja algunos tapers en el refrigerador y otros en el congelador, así puedes ir reponiendo a medida que se terminan. Si te organizas con anticipación, siempre tendrás algo a mano para comer.

¡Y muy importante!

Recuerda que no existe una sola forma de alimentarse correctamente. Lo importante es que descubras cuál es la que a ti te acomoda , te hace sentido y, por sobretodo, te hace sentir saludable.

¿Necesitas ayuda? No dudes en contactarnos y preguntar sobre nuestros distintos planes de nutrición.

Referencias

– Gershwin ME, Klingelhofer EL. Nutrition At Work. Living Allergy Free. 1992;193–204.

– Clohessy, S., Walasek, L., & Meyer, C. (2019). Factors influencing employees’ eating behaviours in the office‐based workplace: A systematic review. Obesity Reviews, 20, 1771 – 1780.

– Physical Activity and Nutrition Branch, Chronic Disease and Injury Section, Division of Public Health N.C. Department of Health and Human Services. Eat smart North Carolina: guidelines for healthy foods and beverages at meetings, gatherings, and events. Retrieved March 1, 2015

– Truswell AS. Food at Work. Workplace Solutions for Malnutrition and Chronic Diseases. Vol. 63, Nutrition & Dietetics. 2006. 128–128 p.

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